En los primeros días del año salgo a fotografiar la salida del sol en la “Cala dels Frares”, en los primeros rayos de sol un cormorán moñudo (Gulosus aristotelis desmarestii) joven saca la cabeza del agua cerca de mí, pero es demasiado rápido para fotografiarlo, así 3 o 4 veces. ¡Parece que se ría de mí! Pero finalmente sube encima de unas rocas para ver los primeros rayos de sol, como yo, y aprovecho para fotografiarlo.
Esperamos al día en que se reunieran las condiciones para la foto que imaginábamos. El descenso de esta mágica cascada mientras la nieve caía y el bosque se transformaba en el decorado soñado, con los árboles blancos enmarcando la acción. Llegar al lugar ya era un reto, pero salir de él, aún más. Una coreografía entre naturaleza, acción y paciencia.
La luna llena se dejó ver un rato, antes de ser todo cubierto por una espesa niebla que, poco a poco, iba jugando a tapar y destapar el Pedraforca y la luna, justo antes de su puesta.