Buitre orejudo (Torgos tracheliotus) atacando a uno de los buitres dorsiblanco africanos (Gyps africanus). Había más de quince buitres dorsiblanco comiendo de un animal muerto cuando este buitre orejudo vino y los atacó a todos apoderándose de la carroña. Es un ave muy grande en comparación con ellos, y realmente le tienen miedo.
El charrán piquigualdo (Thalasseus bergii velox) es una de las aves migratorias de Sri Lanka y es frecuente a partir de la mitad del año en islas remotas frente al Golfo de Mannar. Esta foto fue tomada como muestra de la vulnerabilidad de este polluelo de charrán. Empleé una cámara camuflada que estaba controlada a distancia por un disparador remoto.
Perdido entre miles de correlimos gordos (Calidris canutus islandica), hay un charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis sandvicensis) con su cría que reclama comida. Un momento único de la interacción entre la madre y la cría, que muestra simultáneamente la dinámica existente que hay entre la tierra y el mar en Wadden.
Cada primavera paso mucho tiempo en la área de cortejo colectivo del urogallo (Tetrao urogallus urogallus) para fotografiar su ritual de exhibición de cortejo. Este macho en particular había seleccionado un pequeño montículo nevado en un diminuto claro en el bosque para exhibirse. Me las arreglé para colocar un escondite entre dos árboles y tener un fondo despejado en frente. Esa mañana en particular fui muy afortunado cuando el macho se apareó con una hembra en el lugar exacto.
El cormorán sargento (Phalacrocorax penicillatus) se alimenta de pequeños peces desde la superficie hasta el fondo marino, los persigue buceando y usando sus pies para propulsarse. Se le ha observado alimentándose a profundidades de más de 36,5 m. Es un ave marina de habilidades extraordinarias.
Un grupo de pingüinos rey (Aptenodytes patagonicus patagonicus) se dispone a salir de pesca. Parecen indecisos, pues saben de la existencia de leones marinos patrullando las playas precisamente con la intención de darles caza.
Me gusta observar bajo las ramas de este árbol de azufaifo o jujube (Ziziphus jujuba), porque estas ramas serpentean hacia arriba y tienen formas extrañas, añadiendo mucha abstracción e imaginación a la vida. Por casualidad, un grupo de aves migratorias sobrevolaron estas ramas y desaparecieron en el cielo.