Macá Tobiano, un nuevo amanecer
Adriana Sanz, Argentina (1970), vive desde muy pequeña en Chubut, Patagonia. Master en medioambiente, se dedica a tiempo completo al cuidado y preservación medioambiental. A partir de su trabajo ambientalista descubre su pasión por la fotografía de naturaleza, desde donde busca conmover al público con sus fotos para despertar un mayor compromiso y protección de los ecosistemas y sus integrantes. Es cofundadora de la Asociación Argentina de Fotógrafos de Naturaleza (AFONA) colaborando activamente en la misma. Participa con sus imágenes en organizaciones conservacionistas, entidades de divulgación científica, revistas, entrevistas fotográficas. Ofició como jurado de los concursos Golden Turtle, FIO-Extremadura, M. Climent Picornell. Ha sido ganadora de categoría en el Golden Turtle (2019), NPOTY (2019), mención de honor del Memorial María Luisa (2022) y finalista de varios concursos internacionales. Participa como ponente en festivales nacionales e internacionales de fotografía de naturaleza.
De acuerdo con las últimas investigaciones, se calcula que la población reproductiva actual de zampullín tobiano (Podiceps gallardoi), localmente denominado “macá tobiano”, es inferior a los 800 individuos. En los últimos 35 años, la especie se redujo en un 80%. Por esta razón, está categorizada como Críticamente Amenazada a nivel global. Ya hace dos años que no se reproduce por ausencia de las condiciones naturales que le permiten nidificar en las lagunas australes que habita. Si su extinción no se concretó todavía, es debido a los esfuerzos de conservación realizados en los últimos años por agrupaciones civiles y actores privados decididos a salvarlo.
El macá vive la mayor parte de su vida sin tocar tierra. Esta especificad los hace muy dependientes de los cuerpos lacustres que habitan. Desde hace más de dos años que no se reproducen. La principal hipótesis de esta falta de reproducción es la demora en el florecimiento de la vinagrilla (Myriophyllum quitense), macrófito (planta acuática) que utilizan para construir sus nidos sobre el agua. También se pierden muchos pichones como consecuencia la gaviota cocinera y del visón americano, especie introducida para peletería y que ha colonizado el área reproductiva de los macaes.
El anillado es básico para conocer mejor la actividad y distribución de la especie que se efectúa tanto en la estación de verano como en la invernada costera.
Es fundamental sumar la fotografía al Proyecto Macá Tobiano para documentar el estudio científico en el seguimiento de anillados, como en el registro de comportamientos, distribución y acciones de campo llevadas adelante para el estudio, conservación y recuperación de esta especie única en el mundo.