En un lago glaciar de Islandia los excursionistas en kayak parecían escapar de unos monstruos imaginarios, los que formaban las figuras de los icebergs que flotaban en sus aguas.
Eclosión de un Treparaptor guadarramensis. Dicen los viejos del lugar que, en las frías noches pedriceras de cielo estrellado, grandes bolones de granito se resquebrajan y eclosionan de ellos los últimos trepadores que quedan, arrastrándose por sus chimeneas infernales hasta llegar a lo alto y entonces le gritan al cielo “¡Bájame una estrella!". Pero son solo historias de las montañas de cuento.
En la isla de La Palma se puede contemplar uno de los mejores cielos nocturnos del planeta. Esto es gracias a su latitud, al hecho de estar lejos del continente europeo, a la altitud de las montañas respecto al nivel del mar y sus pueblos y a la poca contaminación lumínica que a menudo es tapada por nubes bajas.
Aragón está sembrado de unas formaciones llamadas cárcavas. Son texturas esculpidas por la erosión que construyen formas de otro planeta. Un escalador se aventura hacia abajo unos 10 metros y se asoma a los tentáculos en el abismo.
Durante mi visita a uno de los lugares mas maravillosos de la tierra, como es el desierto del Namib, divisé a lo lejos a un explorador que caminaba solitariamente entre el mar de dunas. El juego de luz y sombras aunado al diminuto tamaño de la persona en el ambiente me encantó y decidí retratarlo.
¿Qué podría ser mejor que pasar la noche en la montaña? Esta es una estancia nocturna entre dos volcanes en erupción bajo una noche estrellada. Tuvimos la suerte de contemplar la erupción de dos volcanes uno al lado de otro. A la izquierda hay un pequeño flujo de lava en el volcán Bezymianny y a la derecha, la erupción del volcán más alto de Kamchatka, Kliutxévskaia.
¡“Jugando” en las montañas, adaptando tus movimientos a la creación de la naturaleza! En este caso; cayendo en una cueva glaciar, que fue tallada por el agua y el tiempo. Todo bajo los ojos del omnipotente pico Cervino.