Cada año, las mariposas monarca emprenden uno de los viajes más extraordinarios y peligrosos del planeta, casi 4000 kilómetros desde las praderas de Estados Unidos y Canadá hasta los bosques del México. Su población lleva cayendo en picado durante tres décadas. Científicos y ciudadanos están uniendo fuerzas para salvar esta migración tan emblemática.
La migración anual de las mariposas monarca es uno de los espectáculos de fauna más emblemáticos de América del Norte, lleno de enigmas biológicos que han intrigado a los científicos durante más de 50 años y que una migración en la que participan varias generaciones, geolocalización de alta precisión y una carrera evolutiva con una especie de mala hierba, el algodoncillo. En las últimas tres décadas, la población de Mariposa Monarcas ha sufrido un descenso del 90%. La deforestación en México siempre fue considerado como el factor principal, pero hallazgos recientes revelan que la pérdida de praderas en Estados Unidos y Canadá causada por la expansión de la agricultura industrial juega un papel importante. Esta dramática disminución puede afectar su capacidad para resistir amenazas como los cada vez más frecuentes eventos climáticos severos. Las mariposas monarca son indicadores ambientales y una especie emblemática entre la familia de los polinizadores, y cualquier acción de conservación orientada a proteger su hábitat beneficiará a muchas otras especies. En Norteamérica se está forjando un movimiento para proteger estas icónicas mariposas. Desde Ontario hasta Michoacán, científicos ciudadanos, profesores de escuela, comunidades indígenas y agricultores de maíz, entre muchos otros, están trabajando para revertir el dramático declive de las mariposas monarca.