Un gran salmón real (Oncorhynchus tshawytscha) lucha contra la corriente en un río de California. Ha llegado al final de su ciclo vital y pronto morirá, pero ha cumplido su misión y ha llegado a las zonas de desove, donde se ha apareado y transmitido sus genes a la siguiente generación. Son tantos los salmones que han desovado en el río que los huevos son arrastrados por la corriente.
Lucio europeo (Esox lucius) entre nenúfares (Nymphaeaceae). Durante la primavera, en el mes de mayo, los nenúfares crecen hacia la superficie, un lugar ideal para que los lucios se escondan a la espera de una presa desprevenida y atacarla fulminantemente.
Empleando la técnica de la obturación lenta, direccionando con precisión la fuente de luz y realizando un movimiento rápido de la cámara, pude conseguir un retrato ambiental resaltando el camuflaje de esta lija del Pacífico occidental (Acreichthys radiatus), sin que se funda con el fondo.
Estuvimos 4 días en el agua. Cada día veíamos las belugas (Delphinapterus leucas), pero la visibilidad del agua era muy mala y, al estar más lejos, parecían desenfocadas. Finalmente, el último día vimos una manada increíble de estas ballenas que nos miraban con curiosidad. Algunas se acercaban tanto que se golpeaban la nariz con la cúpula de mi cámara.
Una inmersión nocturna con esta mágica salpa (Tunicata Salpidae) de 5 cm. Esta misteriosa criatura marina es tan transparente que resulta casi invisible. Llena y cubierta de otra vida marina, es como un ecosistema diferente en miniatura, flotando en el mar nocturno. Por dentro y por fuera estaba lleno de muchos animales como cangrejos, camarones y más. Yo estaba a una profundidad de unos 10 m por encima del fondo marino entre 60 y 100 metros.
En cierta época de la primavera, el sapo de arroyo japonés (Bufo torrenticola) baja de las montañas al río en gran número para reproducirse. Tuve la suerte de tener la mínima oportunidad de observar esta ecología tan interesante. Un objetivo ojo de pez era ideal para captar los huevos puestos en una gran superficie, pero había que tener mucho cuidado de no aplastarlos.
El encuentro nocturno con una raya diablo (Mobula alfredi) es una experiencia extraordinaria y cautivadora. El resplandor de las lámparas submarinas desvela lentamente la majestuosa silueta del animal, que danza con elegancia en la oscuridad mientras se alimenta del zooplancton que la envuelve, lo que aumenta aún más la maravilla de su contemplación.