La foto se tomó mediante exposiciones múltiples. En una exposición, capturé al murciélago (Myotis sp.) con un flash estroboscópico y enfoque manual. A veces conseguía una foto en la que el murciélago estaba enfocado y su trayectoria de vuelo era claramente visible. Para la segunda exposición, coloqué la cámara dentro del árbol y tomé otra foto desde allí. El resultado final es una combinación de las dos exposiciones.
La foto fue tomada en las praderas de la meseta tibetana de Qinghai. Los zorros tibetanos (Vulpes ferrilata) y las pikas (Ochotona sp.) son depredadores y presas muy comunes aquí. Llevan a cabo cacerías y huidas todos los días. Me fijé en un zorro tibetano cazando, así que me acerqué lentamente y tomé esta foto en el momento en que el zorro cazaba una pika.
El frenético armiño (Mustela erminea)se detiene un momento en su cacería para regalarme esta instantánea. Posando junto a dos ramas de alerce europero (Larix decidua), compone una simetría que dura un abrir y cerrar de ojos. El tiempo justo para disparar una foto y a seguir de nuevo en busca de topillos bajo el espeso manto de nieve. ¿Quién sabe durante cuántos inviernos más la nieve camuflará su blanco pelaje de los ojos de los depredadores?
El rebeco alpino (Rupicapra rupicapra) es una especie fascinante que vive en los Vosgos. Estos ágiles escaladores prosperan en las regiones rocosas y escarpadas de los Altos Vosgos, donde sus fuertes patas y pezuñas especializadas les permiten sortear sin esfuerzo los terrenos más difíciles. El rebeco no era originario de los Vosgos, pero se reintrodujo con éxito en la década de 1950. En la actualidad, su población es estable.
Esta imagen muestra a un leopardo (Panthera pardus) momentos después de avistar a dos impalas enzarzados en una pelea. Presintiendo una oportunidad, inicia un acercamiento silencioso y concentrado. La intensidad de sus ojos refleja el instinto salvaje: un momento fugaz de depredador y oportunidad.
Lobos árticos (Canis lupus arctos). Puede que esta imagen consiga transmitir la sensación de estar rodeado por una manada de lobos árticos en libertad, ¡una experiencia completamente surrealista! Los lobos se acercaron lenta y cuidadosamente por curiosidad natural, a veces estaban tan cerca que casi me tocaban. Realmente me conmovió vivir un encuentro tan íntimo en un lugar verdaderamente salvaje y prístino.
Un ratón de campo (Muridae) detrás de la ventana de una vieja y destartalada cabaña de pescadores. Lo fotografié allí todo el invierno con un sensor de infrarrojos. Cada tarde preparaba la cámara y la volvía a recoger al amanecer, día tras día. Unas cuantas veces tuve la suerte de que apareciera el ratón, pero fueron necesarias muchas tomas antes de estar realmente contento con la composición.