Una elegante ilusión visual, un sutil juego entre realidad y reflejo. A primera vista parece un bosque suspendido, un mundo al revés donde los troncos desnudos de los árboles se yerguen hacia abajo, desafiando a la gravedad. Pero es en el agua, tranquila como un espejo, donde vive esta escena: los reflejos de árboles sin vida emergen de una superficie invisible, convirtiendo una simple masa de agua en un umbral entre mundos.
Los fascinantes detalles de los paisajes escandinavos son interminables y la aparición de los nenúfares (Nymphaeaceae), que emergen de las oscuras aguas de un lago sueco, es simplemente maravillosa. El sol, más bien duro, del atardecer incrementó el contraste entre las plantas y el agua oscura. El contraste entre las formas completamente diferentes de los nenúfares y la hierba me conmovió aún más.
Con una mezcla de técnicas de iluminación y movimiento conseguí crear un efecto pictórico para enfatizar el verdor de las primeras hojas de las hayas (Fagus sylvatica).
Además de las espectaculares montañas de mesa, las montañas de arenisca del Elba se caracterizan por sus gargantas de profundos cortados que, con su clima fresco y húmedo de «bodega», ofrecen condiciones ideales para una gran variedad de musgos, líquenes y helechos. A principios de abril, en las paredes rocosas de estos desfiladeros aparece el primer verde fresco y la floración de la vinagrera blanca o aleluya (Oxalis acetosella), que destacan claramente sobre la arenisca oscura.
Esta imagen fue tomada en el bosque de Canfaito, situado en los montes Sibillini, en la región italiana de Las Marcas. En el centro se alza una antigua haya monumental (Fagus sylvatica), rodeada de otros árboles envueltos en bruma. El follaje verde brillante se mece con el viento, creando una sensación de movimiento que da vida a la escena. La atmósfera es mágica, casi de cuento de hadas, y la niebla añade misterio y profundidad.
Tomé esta foto de una clemátide (Clematis vitalba) en el Parque Nacional de Duna-Ipoly. Encontré esta semilla de clemátide congelada en el hielo durante una sesión fotográfica invernal. Me pareció muy interesante por su especial forma. Afortunadamente, pude iluminarla por detrás y así consegui esta imagen.
Instante de armonía visual y tensión compositiva en los campos de mimbrera (Salix viminalis) de Cañamares durante el otoño. La franja de flores blancas, suspendida en el tercio superior, introduce el elemento "punto" en este lenguaje visual, rompiendo el ritmo cromático. La luz del atardecer acentúa el contraste entre planos y volúmenes. Propone una reflexión abstracta sobre el color, el ritmo y la estructura.